Usted está en >> Inicio Elija el tamaño de la letra >> A+   A-

Testimonios

GUSTAVO ALBERTO DOUILLÉ
Sólo quisiera detallar mi experiencia con la cirugía bariátrica, en mi caso un by pass gástrico, en forma simple, sin lenguaje ortodoxo, lo más resumidamente posible pero con el detalle que merece para se comprenda el proceso, y sin repetir lo mucho que uno escucha como consejos u opiniones de otras personas o de la gente en general que pregunta como es esto que parece milagroso (aunque no lo sea) cuando ven los Kg. que uno adelgazó y lo bien que se encuentra, de esta forma pretendo que se comprendan mis vivencias antes y despues de la cirugia ... insisto lo que comento fué y es solo MI experiencia.
Yo tenia un peso normal para mi altura hasta los 38 años, y con lo que despues aprendí, mi "indice de masa corporal" (por lo que yo entendí sería el índice con el cual se miden los diferentes estados por los cuales el cuerpo va pasando en cuanto al crecimiento progresivo de una enfermedad cruel como la obesidad - desde normal, a sobrepeso, obesidad, y obesidad mórbida - aunque la definición exacta deberían darla los médicos especialistas) marcaba un pequeño sobrepeso pero no era de importancia, pero ... poco a poco y durante casi los 15 años posteriores comencé a engordar gradualmente hasta llegar a ser un obeso mórbido, alcanzando un peso máximo de 143 Kg. y teneindo una altura de 1,80 mts. mi indice era de 44, con el agravante que a consecuencia de esto y durante ese tiempo se me fueron desarrolando enfermedades relacionadas con la obesidad tales como la diabetes, colesterol, e hipertensión arterial, con indices elevadisimos todos !!! y sin contar otros problemas como agitarme al caminar, tener los ligamentos de las rodillas totalmente distendidos, etc.
Douille
Aclaro que consideraba que mi problema no era estético, porque ya estaba acostumbrado a verme asi y no me preocupaba mi figura, es más, me miraba al espejo y si bien me veía gordo, no lo reconocía como ahora viendo fotos de esa época, sinceramente no pensaba que estaba así, no es fácil verse tan gordo y reconocerlo menos !!!, pero si sabía que estaba enfermo. La cuestión es que comencé y nunca terminé muchisimas dietas, bajaba de peso y rebotaba con más kilos, el mantenimiento (algo fundamental si se quiere bajar de peso) nunca era posible, cuando bajaba algo de peso estaba tan contento que quería festejar, como ? comiendo todo lo que tenía "prohibido" durante alguna de las dietas o tratamientos, ya que lo prohibido parece ser lo que más desean la mayoría de los seres humanos.
El problema más grave era que fundamentalmente la diabetes - enfermedad silenciosa, si las hay - teniendo antedentes familares de parte de mi línea paterna que eran alarmantes (mi abuelo, tío y padre, fallecieron por causa de esta enfermedad) pasó a niveles graves, así fué que comenzando tratamientos con hipoglucémicos en un principio, el avance gradual de esta enfermedad, me llevó a ser un paciente insulino dependiente y la cantidades de insulina que me aplicaba eran cada vez mayores (llegué a aplicarme 300 unidades por día, UNA BARBARIDAD para que se comprenda mejor, al punto tal que mi diabetologo me insistió en tomar algún otro rumbo porque la insulina proporcionada estaba en un nivel anormal, y una de las opciones era la cirugía bariatrica ... la verdad era como si no me hubiese dicho nada al respecto, en este punto creo que es importante aclarar que el obeso, en mi opinión y comprensión posterior a la cirugía, boicotea cualquier tramiento y lo suple con excusas fantasiosas ("el lunes juro que empiezo la dieta") o fármacos, los cuales cada vez son administrados en mayor cantidad, total con eso "me sentía bien" ... me sentía, pero no lo estaba.
Ya en un momento crítico, aparecío mi hermano Marcelo que se había operado 1 año antes con excelentes reultados y desde ese momento me insistia: "andá a ver al médico que me operó a mi y operate, vos igual que yo no tenes voluntad para mantener ninguna dieta", lo miré extrañado por su propuesta y le comenté que estaba loco si pensaba que me iba a operar, es que pensaba que si era tan inteligente como para reconocer el problema que tenía, sería no aplicar mi supuesta inteligencia no encontrar la solución (insisto en que esto era mi excusa porque, tal como expuse antes, evidentente mi voluntad era practicamente nula y sólo prorrogaba el problema porque no tomaba decisón alguna), pero a pesar de lo que respondí, él hizo que se produzca un "click" en mi cabeza, y solo con mi almohada, empecé a pensar: "y porque no ?"
Me tomé mi tiempo para madurar la idea hasta que al fin me decidí: tenía que operarme, no conseguía ver otra salida !!!
Y, ahora viene lo interesante para los que piensen en hacer alguna consulta al respecto: Fui a ver al Dr. Grigaites que era quien había operado a mi hermano y creo que luego de una sóla reunión me convencí abolutamente que debía hacerlo como solucíón a mi enfermedad, es más como medida precautoria fui a ver a un sicólogo quien en la primera y única cita me dijo basicamente: "no vuelvas mas, estás tan convencido que podes ir y operarte porque no vas a tener problemas después ...", esto es importante aclararlo porque esta cirugía es irreversible y por ende es toda una decisión hacerla, basicamente por la incertidumbre que causa algo sobre lo cual no puede volverse atrás.
Reconozco que soy muy ansioso y por eso creo que en 15 dias tenía todos los análisis y estudios prequirúrgicos realizados como para programar la fecha de la intervención que finalmente fue a los 15 o 20 dias, no olvido mas que fuí el primer operado de ese año !!! ya que la cirugía finalmente se realizó el Martes 05/01/2010. A los 2 dias estaba en mi casa comenzando el proceso de adaptación y tolerancia a las comidas ...
Pasados ya 3 años y medio de la cirugía, quiero comentar que esto me cambió la vida en 180º, realmente soy otra persona (por la dieta previa a la operción, entré al quirófano con 123 Ks. y hoy peso 82 Kg.), sé perfectamente, como me dijo el Dr. Grigaites que a posteriori debía tener cuidado y comprender que me operaban "del estómago y no de la cabeza", que la cirugía implica un cuidado posterior del cuerpo tratando de mantener en el peso normal porque como también decía el Dr., hay un porcentaje mayoritario que en este tipo de cirugías lo pone el paciente, y eso es tan cierto como que, sin esfuerzo(y esto es muy importante aclararlo para las personas con obesidad), comencé a mantenerme (hoy mi indice de masa corporal es de 25, absolutamente normal). Cuando resalto que el proceso fué sin esfuerzo, quiero poner de manifiesto algo que muchos o casi todos se preguntan antes de la cirugía: podré comer igual despues ? y la respuesta es que naturalmente uno solo va cambiando los hábitos de ingesta anteriores, en mi caso y por gustos propios incorporé tipos de alimentos que jamás antes se me pasaban por la cabeza comer, y el cuerpo mismo marca un grado de saciedad que antes sólo lograba comiendo una barbaridad (en mi caso "comer por los ojos o hasta ver el plato vacío").
Douille
Como corolario de todo lo relatado, dejo mi conclusión: esta cirugía me salvo la vida !!!, me hizo modificar hábitos que no pensaba podría hacer, me veo y soy una persona "normal" física y mentalmente, me siento feliz y perfectamente bien de salud (confirmado por análisis y estudios generales periódicos), pero cuidado, como dije, esto no es mágico ni milagroso, si bien a mi me intervino un equipo médico de excelencia, creo que puse bastante de mí para estar como hoy estoy, y ese tan temido esfuerzo no es tanto como parecería y queda totalmente relegado al ver los resultados obtenidos despues de la cirugía y la calidad de vida ganada !!!
No podría finalizar el relato de todo este proceso sin mencionar que es fundamental también el apoyo de la familia (en mi caso el de mi compañera de toda la vida, Graciela, mi esposa, el de mis 2 hijos: Gaby y Guchi, y mi hermano Marcelo), perdón si quizá para los que lean esto no tenga que ver con la cirugía pero fueron y son tan importantes para mí que debía nombrarlos.

Ojalá a alguien le sirvan mis experiencias !!!

FLORENCIA PEREYRA ARANDIA
A menudo escuchamos decir volví a nacer, cuando uno salva su vida de un accidente o una enfermedad, el 21 de junio de 2007 pude decir VOLVI A NACER, pero en mi caso no fue por accidente, sino porque la vida me dio una nueva oportunidad de luchar contra la obesidad. Es una lucha desigual, se pone esperanza, sacrificio, fe y en la mayoría de los casos la esperanza se esfuma, el sacrificio no sirve y la fe se convierte en depresión cuando vemos que no hay resultados y que la brecha dentro de la expectativa se achica cada día convirtiéndonos en enfermos incurables. Siempre sufrí sobrepeso, la altura de 1,78 hicieron siempre que disimulara pero los kilos estaban. Mi obesidad mórbida comenzó con mi primer embarazo, donde después de una depresión post parto engordé 40 kilos, quedando con un peso de 150 kilos, luego de 3 años y medio doy a luz a mi segundo hijo quedando con 50 kilos de más y con un peso de 200 kilos, cifras que no entendía.
La constante búsqueda de algún método para la curación, cambio de vida, hicieron que pasara por distintos consultorios, distintos tratamientos, que solo lograban angustiarme más, con todos los estudios hechos, y con la posibilidad de que mi obra social me cubriera la cirugía con un determinado cirujano, daba por finalizada mi lucha diciendo no a la cirugía. El miedo me paralizaba, y la falta de confianza con el equipo propuesto por mi prepaga me desbordó. Abandoné todo. Hasta ese entonces sólo la depresión y la angustia eran las que gobernaban mi vida, fue así cuando por causalidad, sí leyeron bien CAUSALIDAD, en una servilleta de confitería y de la mano de mi mamá, aparecía el teléfono de un cirujano llamado Alejandro Grigaites. Sin saber el porqué llegaba ese dato a mi poder, escuché una voz llorosa que decía "HIJA ES TU ULTIMA OPORTUNIDAD", esa misma noche recibo un llamado de mi padre que angustiado me contaba la muerte de un compañero de trabajo por obesidad y me decía HIJA HACE ALGO POR TU VIDA. Entonces supe que la vida me estaba dando otra oportunidad de vivir como se merece ser vivida. No tuve dudas y llamé por teléfono a ese número y sin respirar le dije DOCTOR NO ME HAGA PERDER EL TIEMPO DIGAME SI ME PUEDE OPERAR O NO y con una voz suave escucho: te espero en mi consultorio, yo soy cirujano porque no te voy a poder operar? El 5 de mayo del 2007 a las 18 hs. estaba en el consultorio del doctor. Fui acompañada por mi mamá quien sufrió mi obesidad en silencio. Apenas lo vi me largue a llorar con una angustia que no podía frenar, por suerte sólo estaba frente a un profesional que su esencia hacía que me brindara toda la humanidad y comprensión para que mis lágrimas frenaran. Fue ahí donde comprendí que estaba en el lugar adecuado con la persona correcta y el cirujano que llenaba ese vació que habían causado los dos años de visitas a distintos consultorios. Sin saber que pasaría tenía mi respuesta de un SI, TE OPERO. Comenzó mi lucha de trámites burocráticos con la prepaga, pero tenía una fuerza interior que no sabía de dónde salía, con el apoyo incondicional de mi familia y mis amigos, pude darle batalla a todos los NO, logrando un día antes de mi cirugía el sí de mi Swiss Medical con el cirujano que había elegido y en el lugar que me habían indicado. El 21 de junio del 2007a las 8.00 am, entraba al quirófano por primera vez en mi vida, solo pedí de verlo a Ale antes de la anestesia y con toda la tranquilidad que había logrado tener lo miré y le dije que Dios guíe tus manos, a las 11.25 me estaba despertando con el pensamiento puesto en VUELVO A VER A MIS HIJOS, ESTOY VIVA GRACIAS DIOS. Desde ese día no sólo fui operada de un bypass gástrico que me devolvió mi salud sino que en el quirófano quedaba la tristeza y la angustia de 7 años que habían causado mi obesidad. Comenzando todos los días a respirar aire nuevo limpio y con la mente puesta en mi recuperación aprendí a comer, a tomar agua, a relacionarme con la comida desde otro aspecto, el de comer para vivir.
Llevo bajados más de 100 kilos con una estabilidad de más de dos años y medio. Con mi autoestima elevada, transcurriendo el conocer mi nuevo cuerpo y dejando atrás años de dolor y sufrimiento por una enfermedad cruel que convivirá en mi para toda la vida pero en el recuerdo. Mi corazón aprendió a sentir con otra Florencia la que quería demostrarle a la vida que se puede, que pude y que podré ser la persona que siempre quise ser, FELIZ. Hoy luego de 3 años de operada, logré mi recuperación casi en un 90 por ciento, con un cambio físico impresionante, con un cambio de mentalidad importante, pero sobre todo con mi corazón que aprendió del dolor hacer una historia de vida sacando la angustia y dejando espacio para poder ser feliz. Gracias Dr. Alejandro Grigaites, incondicionalmente desde que te conocí, pero voy a seguir diciendo que Dios nos presentó en el cielo y nos bajó a la tierra para que pusiéramos en práctica lo que mejor sabemos hacer: DAR AMOR.

ANA MARÍA ALVAREZ
A veces la vida nos da sorpresas. A los 52 años pensé que ya lo había visto y vivido todo lo lindo, lo feo, lo bueno, lo malo. Tenía una carga hereditaria: mi madre y mi abuela murieron por las consecuencias de la diabetes. Comencé hace 11 años con los primeros indicios de esta cruel enfermedad crónica Diabetes tipo 2 Empecé con cada visita a mi diabetóloga a sumar una pastilla más, agregándole que toda mi vida fui una gordita simpática, pero mi obesidad no me prohibió llevar una vida que yo creía normal. Tengo una familia maravillosa, un hijo muy sano, un marido que me ama, soy una profesional que desarrollaba una actividad normal diaria. Con el transcurso de los años, mi diabetes se fue poniendo más difícil, llego la insulina a mi vida la cual me aplicaba según la necesitara, pero a pesar de hacer mil dietas la barrea de los 100 Kg y mi enfermedad estaba cada vez peor una pastillita más , un poquito de insulina más, y por sugerencia de mi diabetóloga, le pareció muy buena la posibilidad de hacerme un bypass gástrico, en un primer momento lo desestimé totalmente, "para qué bajar de peso" no había entendido la gravedad del tema. Un día de Noviembre del año pasado (2008), en una charla informal me encontré con mi ángel de la guarda, Rudolf Buxhoeveden que me contó un poco más, de que se trataba la cirugía y de la posibilidad de curar mi Diabetes en un 87% y me invitó a una reunión informativa de Familia Bariátrica. Allí fui "a ver de qué se trata", y decidí que ese era el camino. La calidez con la cual fui recibida, la información clara y precisa, y ese 87% que era muy alto para poder quitarme un karma ya establecido. El día 15 de Enero del año 2009 fui operada por los doctores Rudolf Baron Buxhoeveden y Alejandro Grigaites en el Hospital Alemán. Así comenzó esta mi nueva vida, llevo más de un año de operada bajé 35 Kg y mi Diabetes sin medicaciones (tomaba 14 pastillas y me aplicaba insulina 3 veces por día).
Realmente en mi vida hay 3 momentos de absoluta felicidad y que son hitos en mi historia: el día que tuve a mi hijo, el que me recibí de odontóloga y el que me opere de bypass gástrico. Esos tres momentos cambiaron de una manera u otra mi historia. Usaba talle 58, hoy estoy en talle 44, como de todo y no tengo más mi jeringa de insulina en la cartera y tampoco tengo mi pastillero!!! que quedó tal cual lo deje el día 14 de enero un día antes de mi operación. Mi felicidad, al ver la cara de la gente!!! El asombro de Ana La gorda, así me llamaron toda la vida!!! Hoy Soy Ana una mujer inmensamente feliz, por haber cambiado una historia que era implacable!!! Familia Bariátrica me abrió este camino y de la mano de mis médicos: mi diabetóloga Josefina Pozzo, mis cirujanos Rudolf Baron Buxhoeveden y Alejandro Grigaites, y el apoyo incondicional afectivo de mi familia, mis amigos de toda la vida, y la gran Familia Bariátrica cumplí mi sueño más preciado CURAR MI ENFERMEDAD DE DIABETES TIPO II. Hoy mis controles son normales y mi vida es maravillosa. Se puede cambiar una historia.

JORGE CONTI
Mi pequeña gran historia. Nací en Morón provincia de Buenos Aires un sábado 5 de junio de 1971. Desde chico viví en Moreno y desde los 12 ó 13 años pasé de ser el gordito simpático a un adolescente con severos problemas de obesidad. Así viví mi adolescencia y fui creciendo y creciendo, sintiendo que jamás iba a poder superar este problema y todas las consecuencias que me traía. Como todos, tenía los momentos en que comía como animal y ello me divertía y otros momentos donde me ponía todas las pilas y hacía dietas que me daban excelentes resultados por 3 o 4 meses y luego volvía a subir todo lo perdido y un par de kilitos más. Así mi techo de PESO MAXIMO fue cada vez más alto y paseaba de 140 a 110, 150 a 120 y cada vez que bajaba, luego superaba mi peso máximo anterior. Tomaba pastillas homeopáticas, me ponía alpiste en las orejas, consultaba a los grandes centros de recuperación para obesos, a los doctores que salen en los canales de televisión y con todos siempre repetía la misma, y para mí, desgraciada historia. Me agitaba cuando subía las escaleras, me ponía y sacaba los zapatos con los cordones atados, me frustraba al no poder conseguir ropa que me guste, vivía vestido con ropa oscura, llegaba a mi casa y me echaba en un sillón, no podía disfrutar de la alegría de corretear con mi hija, vivía con acidez. NO ERA UNA VIDA, ERA SOLO UNA SUPERVIVENCIA. Tenía 37 años y vivía como un señor de 80 esperando que le llegue la hora de morir. Un domingo de fines de julio de 208, luego de comer como un animalito en un restaurante de Lima (provincia de Buenos Aires), una señora me contó su parecida historia de vida y como un BY PASS GASTRICO le había ayudado a revertir sus pesares. Inmediatamente llegué a mi oficina, averigüe; quienes eran los mejores cirujanos de nuestro país y los fui a visitar esa misma semana. El primer jueves de Agosto de 2008 conocí a 2 TIPOS GENIALES que encima son EXCELENTES CIRUJANOS (Alejandro Grigaites y Rudolf Buxhoeveden). Esa consulta le cambió la vida a este Ex ELEFANTITO de 180 kilos. El 10 de agosto empecé la dieta prequirúrgica y el 07 de Octubre de 2008 estos dos "MAGOS" me operaron en la Clínica del Sol (Capital Federal), a los 4 meses de mi operación ya había disminuido mi peso en 60 kilos, y ya empezaba a notar los beneficios de esta intervención quirúrgica. Hoy cumplo dos años, desde el día que empecé la dieta y peso 102 kilos. Hoy miro la balanza y todavía no lo puedo creer. Hoy me miro al espejo y siento que soy una persona normal. Hoy veo un buzo o una remera en el Shopping y sé que puedo usarlo (antes le regalaba a mis amigos o a mis parientes la ropa que a mí me gustaba poder usar y que no podía conseguir en mi talle). HOY YO PUEDO, HOY LA SUERTE ME SONRIE (dice la letra de una de mis canciones preferidas que es El Bazar de los Juguetes). Hoy junto a mi familia SOY UN TIPO MUY FELIZ. Agradezco a todos los que ayudaron para hacer posible este GRAN CAMBIO, y espero que mis palabras ayuden a que, al menos, UN SOLO GORDO INFELIZ pueda en el futuro poder escribir una carta tan linda como esta. ¿TE ANIMÁS A SER EL AUTOR DEL PRÓXIMA HISTORIA ??????

NOELIA ERRODIBART
Fui "gordita" desde chica. Según me cuenta mi mamá, era una nena normal, hasta que en determinado momento de mi infancia, a mi mamá empezó a preocuparle que casi no comía. Lo más probable es que comiera normalmente, o hiciera lo que hacen todos los chicos, que es picotear a todas horas. En ese momento, mi pediatra, le indicó a mi mama un tratamiento de 1 año con vitaminas. Y después de eso, de a poquito, empecé a engordar. Cuando inicié la primaria, ya era bastante rellenita, aunque todavía no llegaba ni a gorda ni mucho menos a obesa. Hacía actividad física sin problemas, pero ya notaba que era diferente de las demás chicas delgadas. Al finalizar la primaria, era definitivamente gorda, con todo lo que eso implica. Es la etapa más dura de todas, creo. Las burlas, las gastadas, sentirse el patito feo siempre. Para colmo de males, me desarrollé... Empieza a crecer todo en el cuerpo y obviamente aumenté más de peso. NUNCA desde el comienzo de la secundaria, recuerdo haber pesado menos de 86 kilos. Lo cual ya era mucho, considerando mi 1, 65 de estatura. Esa fue también la época en la que empecé a desarrollar mi personalidad, más allá de mi cuerpo. No fue fácil, las personas que vivimos "muy para adentro" solemos ser bastante singulares, para bien o para mal. No coseché muchos amigos durante esa etapa, no me interesaba ser la gordi simpática. Así fue pasando el tiempo, tuve mi primera hija, con un sobrepeso considerable, siendo ya obesa. Embarazo de alto riesgo, con hipertensión durante todo el mismo. La única ventaja, fue que sólo aumenté 9 kilos durante todo el embarazo, pero después debo haber aumentado entre 10 o 20 kilos más. No recuerdo exactamente, porque los obesos no somos muy amigos de la balanza. Hice dietas, fui al gym, llegué a bajar entre 13 y 15 kilos en 2 meses. Pero nunca me comprometí realmente a hacer algo por mi cuerpo, ni por mi salud. A mis 30 años, y con un peso máximo de 142 kilos, quedo embarazada de mi segunda hija. Pasé por todos los estados de ánimo, pero realmente me angustié muchísimo, pensando no sólo en mi salud, sino principalmente, en la de mi bebé. Tenía terror de la hipertensión, de que le pasara algo a mi hija. Mi obstetra, un médico al que aprecio profundamente, el Dr. Juan Pablo Comas, me acompañó y me vigiló de cerca durante esa etapa. Debo decir que disfruté enormemente el embarazo, y bajé de peso durante el mismo, comiendo sano y caminando, por miedo, obvio. Llegué a los 136 y de ahí no me movía. Un día de septiembre de 2009, charlando con una amiga, me cuenta que a su mamá, le habían indicado una "cirugía bariátrica". Nunca había escuchado esas dos palabras juntas, así que me puse a googlear. Ahí descubrí de qué se trataba el bypass, la manga y demás. Y así, por casualidad o causalidad quien sabe, también encontré Familia Bariátrica. Me registré y empecé a leer el foro. Descubrí sorprendida, que participaban los médicos. Y empecé a darle forma en mi mente a esta idea, lo charlé con mi pareja, con mis viejos. Hasta que me animé y pedí un turno con el Dr. Alejandro Grigaites. Me acuerdo que el día que fui a la consulta, me sentía un poco insegura, pero cuando charlé con el Doc. me dijo: "Desde el momento que vos pasaste por esa puerta, tomaste la decisión de cambiar tu vida". Y salí de consultorio lo más contenta, con todas las órdenes para realizarme los estudios prequirúrgicos. En un mes, tuve mi carpeta lista y la casi inmediata aprobación de la cirugía. Junto con eso, vino la tan ansiada fecha: me operaría el Dr. Rudolf Buxhoeveden, el 10 de febrero de 2010. Ese día llegué tranquilísima a la clínica, con esa tranquilidad que te da el haber madurado y tomado una decisión sabiendo que era lo mejor que podía hacer por mí, y también por mi familia. Conté con el apoyo incondicional de ellos, y del maravilloso equipo profesional y humano del Dr. Alejandro Grigaites. Llevo 6 meses de operada, con muchos cambios en mi vida. Sé que todos los sacrificios que hice para llegar, valieron la pena. Sé que los cambios de hábitos son absolutamente necesarios, que esto es un compromiso conmigo misma todos los días. Me considero afortunada por nunca haber tenido graves problemas de salud asociados a esta enfermedad. Pero seguramente, con el paso del tiempo los hubiera tenido. Llevo bajados alrededor de 36 kilos y voy por más.

CECILIA DETOMASI
Mi nombre es Cecilia, tengo 28 años y sufro la obesidad desde siempre... con apenas 4 añitos visite por primera vez una nutricionista desde ese momento comenzaron las dietas y con ellas los innumerables éxitos momentáneos y perdurables fracasos. Tengo recuerdos de mi vida como escenas de película, esas escenas que son las destacadas. Recuerdo de mi obesa infancia la imagen de la balanza marcando 90 Kg. a los 9 años de edad, es muy difícil expresar lo que sentía... pero tan feo era que casi 20 años después no puedo quitar esa imagen de mi mente. La adolescencia... etapa linda como pocas, pero que estuvo siempre teñida de tristeza, la pena de no poder usar ropa como la que usaban todas mis amigas, de no salir a bailar porque era objeto de burla, era muy triste sentir como los chicos pasaban al lado mío y uno le decía a otro "esta es la tuya" burlándose uno del otro... Ahí fue el momento en el que me convertí en la chica de las mil excusas para justificar con mis amigas el "no voy a salir". Con el antecedente de un papá fallecido producto una infección generalizada (septicemia) debido a su diabetes e innumerables problemas debido a la obesidad, no quería ni podía permitirme ese fututo para mí. Cada vez que me realizaba un análisis de laboratorio me invadía el miedo al resultado, cuando tomaba coraje, lo abría y una vez más "zafaba" de la diabetes pero automáticamente me preguntaba "hasta cuándo?". A los 22 años ya sabía que sola no podía con mi enfermedad y que la única posibilidad que tenía de mejorar era entrando a un quirófano. Pero con esto surgió otro problema que fue el no tener los medios para lograrlo, comenzando así mi peregrinar hasta la cirugía... fue tan largo el camino, con tantos tropiezos y tantas lágrimas que creí que jamás lo conseguiría. Muchos fueron los consultorios visitados hasta llegar en octubre de 2008 al que me haría depositar mi confianza entregándome sin miedos a ellos. Recuerdo de esa consulta, el impacto que me causo ver la cifra que me arrojaba la balanza... 167 Kg. Ese número había sido como un sopapo inesperado, no reaccionaba hasta que escuche la voz del Dr. Grigaites diciéndome "hay solución para vos y es un bypass gástrico" detenidamente me lo explicó y me dijo "ahora decidís vos que hacemos" sin dudarlo ni un instante le respondí que quería operarme en cuanto lo él lo dispusiera... en ese momento sentí que estaba subida a ese tren que pasa una vez. En forma consciente empecé la preparación nutricional y psicológica. Ya tenía fecha, me operarían el 13 de enero de 2009. La dieta me costó mucho, pero no hacerla, sino que mi cuerpo responda a ella, lo kilos bajados no eran suficientes y peligraba mi cirugía. Por este motivo comencé la dieta líquida tres semanas antes de mi fecha quirúrgica. En medio de esta líquida estaba Navidad, Año nuevo y todas las despedidas con amigos y como siempre la comida en el medio... era tan fuerte el objetivo que no me permití un fracaso más... Grandes mesas servidas y en mi lugar una taza de caldo el cual era tomado feliz sabiendo que sería mi último gran sacrificio. El gran día llego y con él una exitosa cirugía... una nueva vida... grandes alegrías. El bypass gástrico me dio relaciones normales, con la comida principalmente en donde hoy puedo sentir que como para vivir, que puedo disfrutar sabores, tengo un tope en la ingesta... hoy puedo ver que me alimento y no que devoro. Hoy se que mi esfuerzo rápidamente se capitaliza en la balanza... Me dio una relación normal con la sociedad, hoy puedo sentir que soy una más del montón y no como antes que me hacían sentir un suceso extraño, algo que no encajaba en este mundo. Hoy puedo distinguir miradas que ya no son como antes. Es triste pero la parte social es la que más cuesta porque Cecilia persona es la misma ahora que antes, la diferencia esta que antes no se permitían ver más allá del cuerpo. Me dio una relación normal con mi cuerpo, hoy no siento asco al verme en un espejo. Esto no quiere decir que no me gustaría modificar los vestigios de la obesidad pero sé que eso llegará pronto. Solo hay que saber esperar y mientras espero aprendo a construir mi autoestima, esa que no sé si algún día estuvo y que hoy si sé que quiero que este más alta que nunca. Este es un largo camino que se recorre día a día pero no solos, familia, amigos y compañeros de enfermedad son fundamentales para en esta etapa los éxitos perduren en el tiempo. Si tuviera que resumir en pocas palabras lo que pasé diría que MUCHO FUE EL TIEMPO QUE ESPERE MI RENACER PERO JAMAS SERA MAS QUE EL QUE VOY A DISFRUTAR DE MI SALUDABLE VIDA.

MARISA CASCO
Soy Marisa y hoy hace pocos meses que me realizaron una manga gástrica. Cuando era chica hasta los 8 o 9 años era muuuuyyyy flaquita y me acuerdo que no me dejaban levantar de la mesa hasta que no comiera todo y obviamente les ganaba por cansancio y me dejaban levantar. A partir de los 10 creo que empecé a subir de peso hasta los 14. Era muy gordita pero en esa época tenía otro carácter, y eso me ayudó bastante aunque sufría las burlas y el no poder tener la ropa que se usaba. Después bajé mucho de peso sola sin dieta solamente mi organismo estaba de mi lado jaja Cumplí los quince, me pude poner un bonito vestido aunque no el que realmente me hubiera gustado y eso fue porque nunca me di cuenta que era una persona flaca, pesaba 68kg pero siempre me vi gorda. Creo que fue lo que ayudó a volver a aumentar. Bueno de a poco fui engordando, hasta llegar a mi peso máximo de 116kg, no le voy a echar la culpa al embarazo, ya me había agarrado gorda con 105kg. Tuve un embarazo muy complicado y mi hija nació prematura con 1600kg, gracias a dios hoy es una niña muy sana. Después logré bajar hasta los 94kg haciendo dieta y mucho ejercicio pero en muy poco tiempo los volví a engordar, así como cuando estaba flaca me veía gorda ahora que estaba gorda no me veía taaaannnnn gorda, no tenía presión alta, el colesterol estaba bien, la glucosa también, entonces seguí comiendo , seguí engordando y me escondía detrás de mi trabajo para no salir con mi familia al club, a la plaza, perdí muchos momentos lindos, me perdí de participar en la fiestitas del jardín, etc. Siempre creí que no era necesario llegar a una cirugía para bajar de peso. Creía que con dieta sola se podía, pero un día en mi trabajo me entere que una compañera se había operado y que estaba muy bien, yo hacía mucho que no la veía y me fui a charlar con ella, me explicó lo que le habían hecho pero por sobre todo lo bien que se sentía, me contó que en poco se operaba la hija que es de mi edad y bueno ahí comencé a investigar. Cuando me decidí no sabía a dónde ir y por esas cosas de la vida dios me puso en el camino a FAMILIA BARIÁTRICA. Y ahí encontré un montón de testimonios que me ayudaron muchísimo pero acá no termina la historia, comenzó la lucha con la obra social las idas y vueltas y eso me llevo más de un año y medio, pero por suerte esta familia siempre me acompañó y la espera si bien fue larga se hizo llevadera hoy a pocos meses de operada debo decir que me siento muy bien, me siento muy feliz, me dan ganas de salir todo el tiempo de disfrutar del sol, del frio de la lluvia, dejé la cama, una gran compañera por muchos años pero a la vez la que me hizo perder tantos momentos lindos de la vida. Hoy con meses de operada llevo en total 24kg bajados y soy una persona muy feliz, no puedo dejar de agradecer al equipo del Dr. Grigaites que fue el que me operó y fue la persona con la cual yo me quise operar desde el día que lo conocí y también tengo que agradecer a mi familia que con sus miedos lógicos nunca dejaron de apoyarme y darme fuerzas para seguir adelante. Hoy en día tengo muchos proyectos aunque sé que este es un camino largo y que no hay magia, simplemente nos dan una herramienta que si la sabemos usar nos cambia la vida. Si lo volvería a hacer?????...... Sin duda... Volvería a pasar por todo lo que pasé, la espera, las idas y vuelta , las noches imaginando como sería que dieran fecha, las broncas, las alegrías, sinceramente volvería a pasar por todos estos momentos porque vale la pena, tengo una hija de 7 años a la que le quiero enseñar que la vida es realmente hermosa y un marido que siempre me acompañó a pesar de mis enojos o bien de mi enojo con la vida. Por ellos, por mi, tome la decisión de operarme y hoy sólo puedo decir que aunque recién este sea el comienzo... SOY FELIZ!! La obesidad te quita muchas cosas, pero está en uno recuperarlas, dar vuelta la página y escribir una nueva historia.

PAZ CORNEJO
Crecí creyendo que era gorda. Me escondían la comida y vivía comiendo cosas light desde que me acuerdo. Miro para atrás y se me vienen a la cabeza situaciones que tenía enterradas... Mi papa que me pagaba por kilo bajado, unas vacaciones en Brasil comiendo galletitas con queso y tomando unas pastillas de lecitina de soja... Las ganas de que viniera gente a comer asadito los fines de semana a la quinta así traían postre y zafaba de las naranjas o mandarinas!!!! Así crecí, y con esos sentimientos de a poco fue aumentando el número que me devolvía la balanza. A los 18 años me puse a ver fotos mías de chica y me encontré con una chica normal. No era gorda, era normal!!! Pero ya era tarde, ya comía a escondidas y me había hecho cargo del mandato. Tenía sobrepeso. Me pase la vida a dieta, con pastillas, homeópatas, nutricionistas, etc. Realmente era un sufrimiento las comidas en la mesa con la familia. Sentía la mirada penétrate de mis viejos cuando me servía. Así que para evitar comentarios sólo me servía una porción y de la opción light (siempre había ensalada en todas las comidas) total después salía a la calle y paraba en el kiosco. A los 20 años me fui a vivir sola y mi relación con la comida cambió. Me sentía libre! Nadie me miraba cuando comía y nadie opinaba... Llegué a bajar bastante de peso y a estar saludable pero en mi cabeza no se había hecho el click y yo seguía creyendo que era gorda. Así que al tiempo empecé a subir otra vez. Después de 9 años de subidas y bajadas, conocí a Luciano pesando 108 kilos. Me parecía una barbaridad! Nunca había pesado tanto! Luciano también tenía sobrepeso así que nos juntamos el hambre y las ganas de comer. Me casé en 2001 con 113 kilos y así seguí subiendo. Pasaba por todos los estados de ánimo. Me quebraba y le decía a Luciano que no podía seguir así que necesitaba ayuda. Necesitaba que alguien me ayudara a dejar de comer. A tener voluntad. En esas crisis arrancaba Dieta Club, averiguaba cuanto costaba internarme en Cormillot, etc. Me acuerdo que un día mi madrina me comentó que su hermano que vivía en Nueva York me había visto y le había sugerido la cirugía bariátrica. En ese entonces no era tan conocido acá en Argentina y por supuesto yo no estaba lista para escuchar semejante sugerencia. Así que además de decir "no sé pero me opongo" me ofendí con mi madrina por sugerírmelo. Me había dolido en el alma. En 2004 me picó el bichito de la maternidad. La obesidad no me había privado de tener una vida social, afectiva y mucho menos laboral así que no estaba dispuesta a que me privara de ser madre. Fui con mi ginecólogo quien me sacócorriendo y me dijo que tenía que bajar de peso. Para esa altura yo ya pesaba 135 kilos. Finalmente cambié de ginecólogo y me fui a ver a uno que me había recomendado mi medico clínico que era especialista en Alto Riesgo. Fui a la consulta y además de caerme bárbaro me dijo que venía de trabajar unos años en USA donde trataba embarazadas obesas. Me mando hacerme unos estudios y cuando llegue con los resultados que indicaban que estaba en óptimas condiciones (salvo el peso) me dijo que empezara con la búsqueda. Al mes siguiente estaba embarazada!!! Tuve un embarazo excelente, me sentí genial y solo engordé los kilos del bebe. En julio de 2005 nació Juan. Era tal mi felicidad que le pregunté cuando podía volver a quedar nuevamente. Me dijo que tenía que pasar un año de la cesárea así que en 2006 quedé embarazada y después de otro embarazo sin complicaciones nació Máximo en Junio de 2007. Antes de quedar embarazada anotamos a Juan en el jardín... Ahí empezó a formarse una grieta... estábamos recorriendo las salas y de repente entramos en la de preescolar. Mientras Juan recorría la sala, veo a 2 chicos cuchicheando y mirándome. No necesité oír lo que decían porque sabía perfectamente de qué se trataba. Fue como una puñalada en mi corazón. Cuando Juan arrancó el jardín yo ya estaba embarazada y creía que con la excusa de tener un bebé en la panza podía explicarle a los chicos que esa era la razón de mi gordura. En el verano el hijo de una amiga mía me miraba impresionado y me decía que tenía muchos músculos en mis brazos... ese tipo de cosas eran pequeños puñales. El último mes de embarazo se me hizo pesado, cargar un bebé en la panza y otro a upa se me hacia denso así que cuando nació Maxi dije hasta acá llegue. En ese momento la excusa eran los chicos... No quería que sufrieran en el colegio. No quería que los otros chicos los burlaran por tener una mamá gorda. Pero en realidad la que sufría era yo. Mis hijos me aman y me ven hermosa. Para ellos soy una princesa. La que no se bancaba las miradas de los chicos era yo. Ahí fue cuando Luciano me mencionó la cirugía de la que había hablado mi madrina unos años antes. En realidad el estaba tan mal como yo en cuanto a la gordura y él era el que quería hacérsela, pero como yo me llamo Paz ANSIEDAD Cornejo, fui a ver a mi clínico y le pedí que me recomendara a alguien. Así fue como empecé en este camino. Había tocado fondo y yo sentía que era mi última oportunidad. Por fin se había producido el famoso click que estaba esperando. No era sólo dejar de comer o hacer dieta. Fue una preparación a consciencia. Arranqué en Marzo de 2008 con el equipo. Controles con el cirujano, nutricionista y lo más importante, TERAPIA. Me operé en octubre de 2008 con 144 kilos (había bajado 9 en la líquida) y hoy peso 89 kilos. Sigo con los controles y por sobre todas las cosas sigo con TERAPIA que es lo que me ayuda acomodarme con esta nueva imagen y al nuevo rol, porque al tomar la decisión de operarme, me corrí de lugar y al correrme se fueron moviendo todas las personas que me rodean. Eso originó distintas formas de relacionarnos. De más esta decir que Luciano fue atrás mío y se operó en enero de 2009... así que encaramos este camino juntos.

GEORGINA CAPPONES
Uf... es difícil esto! La verdad es que recién ahora... 50 kilos después... logro darme cuenta de lo difícil que fue todo! Pero primero lo primero... Siempre fui la más alta del grupo... en el jardín y al empezar el colegio. Siempre al final de la fila... siempre en el último banco (para no tapar a los demás). Siempre más alta que los nenes! La verdad que no era algo del todo agradable! especialmente porque las nenas son más bonitas y simpáticas en esta sociedad, cuando son menuditas. Cuando tenía yo, 8 o 9 años... mis padres se divorciaron. Lo cual fue en parte un alivio para mi! Porque finalmente iban a terminar las discusiones y las malas caras en casa. Pero por otro lado no lo tomé tan bien, evidentemente, porque comencé a subir de peso! Mi mamá en su intento por controlar mi rápido ascenso me llevó a un millón de nutricionistas, una más asquerosamente flaca que la otra! todas sugiriendo que tenía que vivir a lechuga y galletas de arroz! Pero a qué chico le puede llegar a entrar en la cabeza que tiene que comer tutuca cuando los amiguitos del cole están disfrutando de un alfajor???? Entonces... viva como era, comía tutuca delante de mi mami... y alfajores con mis amigos!. Obviamente las dietas no eran lo mío! Y se hizo obvio en mi cuerpo. Mis compañeros del cole me lo hacían notar de las formas más crueles! como cualquier chico! entonces de a poco dejé de ir a cumpleaños, de ir a jugar a las casas de mis amigas... dejé mi vida social de lado. Con la adolescencia llegaron nuevos problemas! A todas las chicas les gustaba algún que otro chico, pero yo no me permitía admitirlo, ni siquiera a mi misma! Tenía pánico de que alguien se enterara y se burlaran de mi (más de lo que ya lo hacían por ser gorda). Seguía evitando los cumpleaños, porque claro..... a nadie se le iba a ocurrir querer bailar conmigo, ni cerca mío. La ropa que usaban mis compañeras no me entraba! Tenía que comprar talles de hombre! Era una tortura tener que comprar un jean! Para mis 15 adelgacé un poquito, y durante la fiesta fue todo muy lindo, pero hasta ahí había llegado lo bueno! De ese momento en adelante no paré de subir.... lento pero seguro. Me armé de una coraza y empecé a usar mi inteligencia como escudo! Era la mascota de la profe! y lograba sacarme de encima los comentarios ácidos de mis compañeros con un comentario aun peor! Me hacía la superada! La que nada me molestaba! Mientras tanto, lloraba por los rincones mi falta de vida social! Tenía 2 amigas sin las cuales no habría podido sobrevivir la secundaria. Pero eso era todo! Al salir del HORROR que fue mi educación secundaria, logré darme cuenta de que había más gente decente en este mundo de la que pensaba! Realmente me animé a salir, a conocer gente y dejar que me conozcan (al menos un poquito). Y con ciertas limitaciones, logré disfrutar un poco de tooodo lo que me había perdido en los años anteriores. Durante todo este tiempo, mi familia seguía intentado forzarme a bajar de peso! Dieta Club, La posada del Quenti, Nutricionistas, semillitas en las orejas, pastillas para esto y aquello. NUNCA NADA FUNCIONÓ! En mi cabeza yo no creía estar tannn mal! entonces no creía taaaaannnn necesaria una dieta! Hacía principios de 2008 mi abuela me contó de una amiga suya que se había operado. Yo la escuché, pero lo descarté porque su amiga tenía 50 años! y se me hacía que ese tipo de operaciones eran para personas mayores! Mi abuela insistió, e insistió, y yo lo dejé en suspenso! Y un día me fui a comprar un jean, al mismo lugar de siempre, el único con talles grandes que conozco! Y el numero más grande. Talle 60, casi casi no me cerraba! No me largué a llorar en el probador porque se me corría el maquillaje! Y gorda y mapache??? NOOOO ja ja. Pero la desesperación que me agarró fue agobiante! A los 2 días saqué turno con el grupo de cirujanos que me iban a cambiar la vida! El 10 de Mayo de 2009 conocí a los Doctores Marcolini, Carrillo y Mariño.... Me contaron sobre la cirugía, los pro, los contras, me sacaron el IMC (y casi casi me desmayo al ver lo alto que era) y me fui con la carpetita con la lista de prequirúrgicos. Fui con todo el apoyo de mi familia (gran parte de ella al menos) y ese día empecé la única dieta que en mis 23 años de vida pude seguir! Exactamente 3 meses después.... Renací! Hoy me doy cuenta de todas las cosas que me perdí en estos años! Hoy disfruto de mi cuerpo, aún con las evidencias del sobrepeso que tenía. Aún así, sigo con mis miedos e inseguridades. Me siento expuesta e invadida cuando noto que me miran en la calle. Me siento insegura cuando me halagan. Se me hace que me están tomando el pelo. Me cuesta aceptar un cumplido. Me da PANICO ir a un boliche. Exponerme a que alguien me diga algo feo. Sigo buscando ropa en tiendas de talles grandes! Aunque me entran los talles 'normales'. Pero, con mis miedos e inseguridades.... SOY FELIZ! de verdad! Me puedo cruzar de piernas y usar ropa de gente joven! Salgo a bailar y me duelen los pies por usar zapatos demasiado altos! no las rodillas por el peso! Disfruto de la comida! No me atraganto con culpa! Gracias a la insistencia y el apoyo de mi Nona.....HOY SOY FELIZ!


Equipo Programa Unidades Bariátricas



Complementos de página


Untitled Document



Untitled Document




Av. Las Heras 3515 8 "B" - CP: 1425 - Tel. 4803 6547/4643 - Ciudad Autónoma de Bs As
E-mail: dr@alejandrogrigaites.com
www.unidadesbariatricas.com